domingo, 17 de enero de 2010

REVISION DEL CONVENIO MATRIMONIAL



Muy buenas a todos, arrancando el 2010 con fuerza y ánimos!

Tema complicado del que quiero hablar hoy, metiéndome en camisas de once varas…hablar de algo desde fuera, siempre fue más fácil que padecerlo en propias carnes. (absténganse casados de leer el siguiente post, no se recomienda, además, el que escribe habla de algo sin haberlo probado aún).

Tengo una especial predilección por Ricardo Darín, y Hector Alterio, casualmente a este último, pude verlo hace unos meses, en el teatro junto con Jose Sacristán, “Dos menos”, muy recomendable.

Pero bueno, la peli “El hijo de la Novia” fue una de esas películas que siempre recordaré. Una peli de las que dejan huella. Imagino que muchos la vísteis, es toda una historia de amor verdadero. En ella, Hector Alterio desea darle a Norma, su mujer, el único gusto que nunca le dio: casarse de punta en blanco por la iglesia. Llevan más de 40 años civilmente casados, y Norma padece un estado avanzado de alzheimer, y esto hace que sea un impedimento para poder casarse. No contaré el previsible final.

Echo la vista atrás, y el sacramento del matrimonio era realmente algo para recordar, mis abuelos por ejemplo, llegaron a estar casados más de 50 años, hoy lo pienso, y me parece toda una proeza, algo utópico. A pesar de las circunstancias más que adversas, debio ser una buena épocapara enamorar a tu mujer, cortejarla con las artes de antaño, las de regalarle flores, la de abrirle la puerta del coche, la de hacerle alguna dedicatoria, la de conquistarla con actos que si haces hoy, directamente te tildan de cursi y es que todas las cosas han cambiado, y el concepto de matrimonio también, no sé si para bien ni para mal, para diferente.

El otro día, leía que el tanto por ciento de singles en la ciudad de Londres es ya de un 42% sobre el total de la población, en Estocolmo esta cifra sube a un 62%, de España no tengo datos, aquí las cosas siempre llegan más tarde, aumque me imagino por el número de divorcios y separaciones de los últimos años, la cifra debe ser interesante. Hay estudios que dicen que las personas que viven casadas son más felices que las solteras, y que las mujeres que tienen hijos son más felices que las que no los tienen, a pesar de gozar las últimas, de una mayor independencia.

Y es que creo que en esto del matrimonio, hay algún concepto que habría que retocar; eso de “para toda la vida”, me parece una clausula, esencial hace 60 años, pero abusiva en los tiempos que corren, un contrato que firmas sin mirar cuando das el sí quiero, (ese día, firmarías tu pena de muerte si te pusiesen el papel delante), pero este sí quiero, se convierte para muchos en una gran losa con el paso de los años. Con una esperanza de vida cercana a los 90 años, ¿en serio has pensado bien lo de pasarte el resto de tu vida con otra persona? El amor hoy es muy fuerte: “nada se interpondrá entre nosotros”, te querré siempre”, “siempre juntos”,ya,ya. Sobran ejemplos en nuestros círculos sociales que tristemente confirman que con los años, el amor muchas veces se va, y por desgracia... el que se queda eres tú

Opino que no hay peor cosa en esta vida que la rutina, es el peor estado que existe, en el que mucho caemos, un estado de tranquilidad, que hace que te relajes, y que todo acabe convirtiéndose en monótono y repetitivo. La tensión, lo nuevo, te hace estar al acecho, siempre alerta. Las personas buscamos siempre comodidad por naturaleza, y en cuanto la conseguimos, bajamos la guardia, nos dormimos.

Sin tensión, sin cosas nuevas que hacer, las ganas se esfuman; sin ilusión, sin pasión, somos máquinas autómatas. Nos convertimos en un funcionario público (o matrimonial para el caso) más, da igual lo que hagas, como a tu mujer ya las has enamorado hace 20 años, y hay un contrato firmado de por vida, hay un alto porcentaje de posibilidades de que con el tiempo, de aquel joven guapo, apuesto, en buena forma física, quede muy poco, y acabe convirtiéndose en un tipo gordo, con malhumor, y andando en calzoncillos por casa… vamos, lo que viene siendo “un cerdo en potencia”, al que tienes que aguantar y alimentar de por vida ( como a los cerdos), y como a los funcionarios de por vida, da igual lo que hagas, sabes que al final de mes te van a pagar lo mismo.

Sin entrar en soluciones drásticas, (bien sea divorcio o separación), y rechazando las otras opciones de unión que hoy disponemos,(que te case un alcalde por lo civil, o bien pareja de hecho) la única manera que se me ocurre para actualizar este vetusto contrato de matrimonio para sus futuros usuarios, sería modificar la “claúsula de para toda la vida” (habrá que negociar con Dios una revisión del convenio), y poner algo más suave y más acorde a la realidad; por ejemplo hacer un contrato renovable cada 5 años, de manera que cada cinco años, ambas partes decidiesen por mutuo acuerdo, si quieren seguir con sus vidas, o tomar otro camino. Esto queridos amigos, nos haría a todos los hombres, verle las orejas al lobo, nuestro estado de rutina cambiaría drásticamente, intuyo que los gimnasios se llenarían, y los planes de fin de semana aumentarían, frecuentarías mucho más las tiendas de flores, y tratarías de enamorar a tu mujer con la mismas ganas y pasión que lo hiciste aquella vez de la que ya ni te acuerdas, en el sexo, pobre tuya de no dar la talla, todo esto para conseguir que te renueven el contrato y para que cada noche, como decía Sabina sean noche de bodas…

A muchos la vida les mejoraría, la tensión nos hace estar vivos, ingéniatelas para enamorar a tu mujer cada día durante los próximos 40 años de tu vida, es una fascinante misión, empieza por ejemplo echándole pasión a la vida.

Nada más por hoy amigos, un saludo a todos

Termino el post con una canción, todo un clásico muy acorde al tema….somebody to love…

jano1880@hotmail.com



3 comentarios:

raquel dijo...

Cambiar lo de "para toda la vida", la rutina de la comodidad, la caballerosidad sinónimo de cursilería, la pasión se esfuma, un contrato, Dios...; bueno, son muchos aspectos a tratar, no sé por donde debiera empezar para tratar de encajar o desencajar cada término y significado al contexto/s correspondientes, decididamente, me quedo con las formas perdidas y los valores sensiblemente en crisis, las primeras ya no usan caballo ni precisan dama y los segundos directamente se han relativizado hasta extremos absolutamente insospechados, es verdad que los tiempos cambian, pero, no creo que la solución al alto índice de divorcios y/o separaciones pasen por una revisión del convenio matrimonial, por un "ahora te quiero, pero, mañana, ya no lo sé", entre otras cosas porque sonaría fatal, bajo mi punto de vista, considero que deberíamos recuperar el valor del compromiso, mucha gente ya no desea comprometerse a nada, sólo desean ser jóvenes, guapos y eternamente adolescentes el resto de sus vidas, así que para ellos el amor propiamente dicho se diría no existe, sino los amores, así se sobrelleva todo mejor, probablemente porque aún no lo han conocido, si lo experimentásen, o se atrevieran a dejarle paso muy probablemente el discurso cambiaría por completo de perspectiva; lo más preocupante es el total convencimiento que impregna cada una de esas afirmaciones, mientras tanto algunas seguiremos esperando para convertirnos en la dama de un caballero que sin armadura ni juramentos no tenga miedo a que la pasión se transforme, incluso, en amor eterno.

Anónimo dijo...

Hola Jano. Desde mi punto de vista creo que debemos diferenciar entre lo que nos viene impuesto (la familia) desde la cuna y aquellas relaciones que podemos elegir libremente (amigos y pareja). Si tenemos libertad de elección, se presupone que estamos dispuestos a cuidar esas relaciones día a día, a sentirnos comprometidos para que funcionen. No debe tratarse de un contrato, más bien de un acto consciente de voluntad. Creo que exige dedicación (calidad y no cantidad), gran empatía, fluida comunicación y un gran deseo de que la relación funcione. Este tipo de relaciones hay que cuidarlas como a las plantas: regar, abonar y trasplantar a un entorno mayor si es necesario. No se pueden abandonar porque se secarían y morirían; ni tampoco regar demasiado porque se ahogarían. Pero, aunque no es mi caso, estoy convencida de que hay plantas que duran TODA UNA VIDA con los cuidados necesarios. Un saludo. Ana.

Anónimo dijo...

Cada vez que alguien se casa debe pensar:

1. Lo hago porque quiero o porque es lo que toca?
2. Conozco los defectos de la otra persona y podré soportarlos durante el resto de mi vida?
3. Si se pone fe@, l@ querré igual?
4. Necesito casarme para no sentirme sól@?

El matrimonio es duro, y se pueden cruzar mil cosas en el camino, y tener la fuerza necesaria para hacer lo que se supone "correcto" es muy complicado. De manera que cada vez que alguien decide casarse debería hacer una lista sobre cosas que le gustan del otro, y cada vez que hay un problema echarle un vistazo, y si ves que esas cosas, que en su tiempo te habían enamorado, ya no están, te quedan dos alternativas: renovar la pasión y el amor hacia tu pareja o bien pegar un cambio drástcio a tu vida. La comodidad nos hace débiles.

P.D. Comprometerte a querer a alguien pase lo que pase me parece imposible si no cuidas y revives el amor hacia esa persona durante todos los días de tu vida