jueves, 30 de junio de 2011

La Leyenda del Padre Almeida

Muy buenas a todos!!



Por un motivo puntual de trabajo me encuentro unas semanas en Quito, capital de Ecuador, conocida también como “La Florencia de América” por su riqueza artística de museos y templos, o también como “Luz de América” por haber sido cuna de las ideas libertarias que condujeron a la independencia de América.

De todos los ecuatorianos que estoy conociendo, hay algo realmente envidiable en ellos, y es su amabilidad, su cordialidad, y el estar siempre con una sonrisa en la cara, muchos deberíamos aprender de ellos.

Pero si hay una característica especial por la cual se le conoce a Quito, es por ser una ciudad de historias y leyendas.

El otro día en un restaurante, leí una de estas historias Quitenses escrita en un mantel, que transcribo y la resumiré todo lo que pueda:

Manuel de Almeida Capilla, ingresó con 17 años en la orden de Franciscanos, más que por devoción,  por un desengaño amoroso. Pero el encierro y la oración,  hicieron bien poco para vencer sus ímpetus juveniles.

Un compañero de convento, le conversó un día sobre sus evasiones nocturnas para ir a visitar a unas damiselas de la vida alegre, que se prestaban a compartir sus encantos con los buscadores de aventuras.

Una noche, con sus atuendos de sotanas, saltaron el muro del convento, y fueron a una fiesta concertada con una de las damiselas, que pretextando llegar a misa, se ponía en contacto con cualquiera de los frailes cuando pasaba el cepillo, para recoger limosnas durante la misa.

Al empujar la puerta de la casa de las divertidas jóvenes inmencionables que los esperaban, se sorprendieron al ver a un grupo de frailes franciscanos tomados de la mano con las señoritas, parece ser, que se les habían adelantado, pero aun así, la fiesta aquella noche fue larga.

Manuel Almeida se quedó fascinado con la aventura, y debido a su buen porte, el saber tocar la guitarra y su bien timbrada voz de tenor, logró conquistar los favores de las anfitrionas que se disputaban entre ellas, por colmarle de mimos. Y es así, como comenzaron sus escapadas del convento. Se convirtió en el promotor de las escapadas. Acabo haciendo sólo esas escapadas, ya que sus compañeros tenían miedo a ser descubiertos.

El cura coadjuntor del convento, sospechando de alguno de los desmanes de los miembros de la congregación, mandó elevar la altura de los muros del convento, para que ya no fuese fácil escaparse.

Manuel Almeida buscó la manera de de salir de su encierro, y la encontró saliendo por una ventana de la capilla, pero para alcanzarla, debía utilizar una escultura con un Cristo crucificado a manera de escalera, hasta alcanzar sus hombros y saltar hacia fuera del convento.


Cuenta la historia, que repitió tantas veces la aquella operación de escapatoria,  que una noche, el Cristo, cansado de tener que soportar el cuerpo del novicio sobre sus hombros, abrió los labios y le dijo:

¡¡HASTA CUANDO, PADRE ALMEIDA!!

Sorprendido al escuchar que el Cristo le hablaba, con la rapidez de su ingenio, el joven atinó a responderle:
 ¡¡HASTA LA VUELTA, SEÑOR!!.

La historia se repitió a la noche siguiente, y cuenta la leyenda, que una madrugada en la que el padre Almeida se había extralimitado en tragos, se encontró con un funeral, y al preguntar a uno de los acompañantes quien era el difunto, este le contesto: ”Es el padre Almeida que llevamos a sepultar”.

También cuentan que esa fue la última vez Manuel Almeida se escapó del convento, y desde aquella, se convirtió en el más devoto de los novicios y inicio una carrera que llego hasta la santidad.

El convento de San Diego, aún se levanta hoy en el mismo lugar que se edificó. Lo que ha desaparecido es el diario en el que se dice que le padre Almeida escribió sus memorias.

“Muchas veces nos dejamos llevar por una vida que seguramente no es la que escogemos,  todos estamos a tiempo de cambiar, da igual lo que hayas hecho en el pasado, lo mejor siempre esta por llegar, creo que nunca es tarde para hacerlo, y creo que para ello no tiene “porque aparecerse la Virgen” como le ocurrio al padre Almeida. Todo cambio empieza con un primer paso".  

Un saludo a todos desde Quito, preciosa ciudad de gente entrañable.

Y ¡Hasta la vuelta, señor!  

Jano

jueves, 9 de junio de 2011

QUE TE SALGA A DEVOLVER....

 
Muy buenas a todos,

Pues la misma historia de todos los años, llega el mes de junio, y a currarse la declaración de renta, a buscar justificantes y certificados debajo de las piedras. Y a comentarle a  hacienda que tus ingresos, han sido, decentes o indecentes, según se mire, después ella dirá...

Creo que llevamos en nuestros genes la frase de “que me toque a devolver”…. Los españoles,  por lo general, “morir antes que pagar al fisco”. Y cuando los que más ganan, utilizan ingeniería fiscal para no pagar o directamente tributar en otros países, (practica utilizada en deportistas que a la vez que ganan, besan eufóricamente la bandera de su país) pues mal ejemplo dan. “España está muy bien para vivir, pero es mal país para pagar”…

Una pequeña anécdota sobre esto de las diferentes mentalidades entre países; estuve este año un tiempo dándole caña al inglés por Inglaterra; volar desde Londres es obscenamente barato, y un fin de semana, me pillé la mochila y me perdí por Estocolmo, un preciosa ciudad (estos suecos saben lo que se hacen, las suecas también).

El caso, que una noche que salí a tomar unas cervezas por el barrio de Södermaln, conocí a dos chilenos que llevaban allí más de 30 años, (parece ser, que los países nórdicos acogieron a una colonia de chilenos en la época del dictador Pinochet, emigrando a la fuerza).

Y hablando de las diferentes mentalidades del país, uno de ellos, me comentaba que si en Suecia asesinabas a alguien disparándole, te caían 10 años de cárcel, y con algo de suerte a partir del séptimo año, podías salir con permisos;  pero también me decía, que si intentabas mentir al fisco (en la declaración de hacienda o evasión de impuestos, prácticas más que habituales en otros países europeos), pues te caían 25 años de cárcel, y nos te lo quitaba nadie.

Comentaba también el caso de una eurodiputada que pagó, seguramente sin querer, con la tarjeta de gastos del parlamento, unos Toblerones y unos pañales de su hijo, y tuvo que dimitir ante el escándalo. Aqui podeis leer la noticia.

Se puede ver por la red, (ya que esta no era más que una conversación de taberna), que el sistema jurídico Sueco con el que quiera reírse del estado, es implacable, y así de bien les va.

Yo lo miraba, y a la vez que me contaba estas cosas, pues me venía a la cabeza mi país… donde la corrupción, empieza a ser algo más que común y normal, la gente ya lo asimila como una característica personal más de la persona, “fulanito de tal es muy majo, amable, educado y corrupto”….

Adjunto una curiosa foto del corruptódromo en España, cada chincheta es un caso de corrupción, estos son sólo los que conocemos....



Que diferente mentalidad tenemos a por ejemplo estos suecos, que sienten como algo positivo el pagar impuestos, ya que ven que el estado les repercute ese dinero, en sanidad, beneficios sociales, infraestructuras, permisos de maternidad y un sinfín de cosas. No sé como definirlo, cultura social quizás?  

Después de unas cervezas, nos fuimos a otro sitio, y al llegar al metro, pues me pasó lo mismo que cuando estuve en Berlín, que curiosamente “no había barreras”, la gente sabe de sobra que tiene que pagar en la máquina que hay a mano derecha, no se les ocurre lo de subirse al metro gratis y recorrer Estocolmo, como hizo el latino que os escribe.

 No sé, mentalidades y mundos diferentes, prueba a abrir las barreras del metro en Madrid una semana, y dudo que la gente pagase un sólo viaje, es más, se reirían  de aquel que pagase y dirían: “mira este que idiota, que paga el trayecto cuando puedes ir gratis”.

 Nuestra cabeza está siempre pensando en la manera de zafarse de algo, de si puedes, no pagues, así generación tras generación, desde el bandolero Curro Jiménez, somos pequeños piratas, bueno, unos no tan pequeños...


Creo que a nosotros “se nos tiene que atar en corto”, porque si no, nos desmadramos a la mínima ocasión.  Nuestro estado, no puede “dejar hacer”, como nos dejen a nuestra voluntad, “aquí no paga nadie”.

Al final la pregunta es muy fácil, siendo España, a quien nos queremos parecer, si a países como Alemania, o a países como Italia, la elección es bien fácil...

 Por eso, al final veo que somos todos europeos, estoy de acuerdo, pero seguramente, algunos más que otros…

Un saludo a todos, y que esa declaración de la renta, os salga devolver…

Jano